jueves, 1 de octubre de 2009

8. Es increíble

El otro día tuve que ir a que me hicieran la revisión posterior a la operación. El cirujano no me atendió, porque en ese momento estaba operando, pero dejó instrucciones a una de las médicas de su equipo para que me revisara.

¡Boh! Todo bien la operación, y ya me siento cada vez mejor.

Pero la cosa es que tuve que esperar un rato para que me atendiera un miembro del equipo porque había mucha gente y, cuando entré al consultorio, la médica me dijo que había escuchado lo que yo había empezado a contar en el quirófano mientras esperaba la anestesia.

Empezó a hacerme preguntas de mi vida y de esos años de la guerra, y yo empecé a contarle y, cuando nos dimos cuenta, había pasado mucho tiempo y, afuera, la gente debía estar esperando.

¡No lo puedo creer! Cada vez que alguien me pide que le cuente mi vida, yo no puedo parar de hablar y el otro no se cansa de escuchar. Lo mismo me pasó con el libro: todos los que lo leyeron, me dijeron que no pudieron dejarlo hasta terminarlo. Y se emocionaron igual que como se emocionan los que me escriben acá, quienes leen lo que escribo en este rinconcito.

Tal vez sea esa una misión que me fue entregada para que la lleve a cabo: dar testimonio.

Porque los sobrevivientes del Holocausto somos cada vez menos. Me doy cuenta cuando voy a las reuniones. Vamos quedando pocos.

A veces pienso que, como Spielberg, no hay muchos. Parece que nuestro testimonio no le interesa ni a gobiernos, asociaciones, universidades o a la gente dedicada a la cultura y a la educación, ya sean de la comunidad o no.

Por eso mi libro apareció en una editorial pequeña, que todo lo hace con mucho esfuerzo, luchando (como tuve que luchar yo) día a día por sobrevivir, para seguir haciendo conocer a autores que tienen sus obras para publicar, y que no son aceptados por esas grandes casa editoras que solamente publican a los que ya son famosos.

Es increíble cómo todos esos que no hacen nada por preservar nuestro testimonio, después se llenan la boca con palabras en los actos oficiales mientras los que podemos contar lo que vivimos, nos vamos yendo de a uno poco a poco... ¿No es increíble?

Motek

4 comentarios:

Lolita y El Profesor dijo...

Sí, Motek. Es cierto.
Es increíble.
Un abrazo,

El Profesor

Fede dijo...

Hola Motek! Soy Fede, cuñado de Nachu (hermano de Fer). Al igual que con su libro, no puedo dejar de leer lo que escribe. Leo sus palabras y me emociono hasta las lágrimas. Que bueno que podamos tener algo suyo todos los días. Cada una de sus historias es una lección de vida. Realmente lo admiro mucho. Saludos! Fede

Lolítica dijo...

No. No me parece increíble. Me parece injusto.

Es una estúpidez no interesarse por la historia viva.

Me da pena, pero me da alegría al mismo tiempo que hayas podido lograr tu cometido.

¡Te abrazo!

Motek Finster dijo...

Muchas gracias por los lindos comentarios que me dejan en mi blog.